JUAN CARLOS CHAVEZ
Eliécer Avila fue el primer opositor cubano que viajó tras las reformas migratorias del 14 de enero. Realizó una gira internacional de varias semanas en ciudades de Europa y Estados Unidos, habló de la realidad en la isla y compartió foros con intelectuales, escritores y representantes de gobiernos democráticos.
A su regreso a La Habana, hace cinco días, Avila no sólo fue recibido en el aeropuerto internacional José Martí por familiares y amigos cercanos. También lo esperaban funcionarios de inmigración y la policía política para someterlos a un minucioso “chequeo” que se prolongó cuatro horas. Al final le confiscaron más de una docena de revistas y libros que llevaba consigo.
Otros dos opositores pacíficos denunciaron a El Nuevo Herald que la Seguridad del Estado cubano ha reforzado la vigilancia sobre sus actividades y movimientos. El común denominador: haber salido temporalmente de Cuba para hablar de la falta de libertades.
El tema sobre las represalias ha sido un punto obligado de conversación y análisis en las presentaciones de los disidentes, incluyendo las jornadas de debate y conferencias de prensa con la reconocida bloguera Yoani Sánchez, fundadora de Generación Y. Sánchez retornará a la capital cubana el jueves tras haber culminado un periplo de aproximadamente tres meses.
“Estoy dispuesta a aceptar ese precio, no le temo al insulto”, dijo la bloguera en una de sus primeras ruedas de prensa en México. “Ya sé cuál será el castigo: el fusilamiento mediático, la lapidación pública, el crecimiento de las ofensas sin fundamento, estigmatizar mi imagen, satanizarme”.
El aumento del cerco gubernamental parece ser una de las primeras reacciones del gobierno de los hermanos Castro a la exposición pública e internacional de los opositores y activistas “viajeros”. Todos han señalado abiertamente la crítica situación interna de la isla, las detenciones masivas y el control mediático sobre la información.